En muchas ocasiones se han usado los términos miedo y ansiedad como si fueran lo mismo.

Para comenzar hemos de tener en cuenta que no lo son.

Sin embargo, los miedos pueden estar en los orígenes de la ansiedad.

En primer lugar, el miedo es una respuesta básica y automática que se puede originar frente a un objeto, una situación concreta, etc. y que conlleva la percepción de un peligro real, o potencial.

Por ejemplo, una persona que tiene miedo a los perros y que va de paseo y se encuentra a un perro sólo que se le acerca.

A nivel físico esta persona podría sentirse tensa o nerviosa.

La característica del miedo es un pensamiento de amenaza o peligro inminente para la propia seguridad personal.

En segundo lugar, la ansiedad es un estado emocional más prolongado y complejo que se puede originar a partir de un miedo.

Por ejemplo, esta misma persona que pudiera sentir ansiedad por salir a la calle y poder correr el “peligro” de encontrarse con un perro.

En este caso la persona viviría de forma permanente en un estado de ansiedad ante la posibilidad futura de encontrarse con un perro.

En este caso la persona viviría de forma permanente en un estado de ansiedad ante la posibilidad futura de encontrarse con un perro.

La gran diferencia entre miedo y ansiedad por tanto es la duración de la experiencia, esto es el tiempo que dura.

La ansiedad se enfoca hacia el futuro y se apoya en el pensamiento de ¿Y si?

En cualquier caso, miedo y ansiedad son compañeros de viaje, ya que en centro de la ansiedad siempre hay un miedo básico que es el que tenemos que detectar.