La vida optimista. Cuestión de quitar el Des- de nuestras vidas

Tratar de ser optimista a veces se traduce en una tarea más que ardua gracias a la ingente cantidad de información que se esfuerza denodadamente en llevarnos en sentido contrario.

Todas las personas optimistas y pesimistas sufren los mismos reveses en la vida. La diferencia está en la reacción a esos problemas, acontecimientos o historias que se nos presenta.

Dicen que los pesimistas son “optimistas bien informados”. Yo cuando tengo que recurrir a una definición me voy al Diccionario de la Lengua Española.

Este diccionario define optimista como: “Que propende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable

Define pesimista como: “Que propende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más des-favorable

La cuestión está por tanto en ver donde ponemos el foco.
¿Qué hay en tu vida que no te gusta? ¿Te gustaría eliminarlo?

Pues bien, la receta es tan sencilla como quitar de toda palabra que nos llegue el prefijo des- .

La diferencia entre una persona optimista y pesimista es este prefijo.

Una persona pesimista se siente, des-motivado, des-esperanza, des-conocimiento, des-ilusión, des-contento, des-conectado, des- … des- …

Te invito a que en el día de hoy le quites el prefijo negativo des- a aquellas palabras que te lleguen.

El lenguaje es el vehículo por el cual nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos. El lenguaje nos ayuda a relacionarnos con la realidad, nos facilita el movernos o pararnos. Si empezamos a cambiar el lenguaje, un poquito, sólo un poquito, podemos empezar a cambiarnos a nosotros mismos, y a nuestro entorno.

Yo no puedo cambiar las comunicaciones que me llegan de fuera, no puedo cambiar el valor de la prima de riesgo, pero si puedo cambiar mi comunicación interna y como entiendo y proceso la información que me llega.

Así pues, hoy a pesar de todo decido ser, estar y/o tener optimismo, elijo des-motivación, des-esperanza, des-conocimiento, des-ilusión, des-contento, des-conectado, des- … des- …

Que pases un des-agraciado y feliz día.

José Miguel Gil Coto