El liderazgo, el trabajo en equipo, la transformación digital, organizaciones ágiles, gestión del cambio.

Son palabras y conceptos que tienen un denominador común: el ser humano.

Por suerte o por desgracia, hay procesos que no pueden ser sustituidos por una máquina, y eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Las emociones entran en ese paquete de lo «insustituibles».

Para muchas cosas es ideal tener un «robot», pero la sensibilidad y el talento de las personas es insustituible.

Las personas van las empresas con su cerebro, con sus competencias y habilidades profesionales.

Pero también llevan su corazón, sus miedos, alegrías y emociones.

Que duda cabe que combinar todo para ser un «trabajador/a productivo/a» es muy fácil de decir, y más complejo de llevar a cabo.

Vas a negar que el teletrabajo no te afecta. ¿Y todo lo que ha traido el COVID19?

Realmente produces igual en el trabajo que en la casa. Seamos honestos.

No digo que no sea posible, en muchos casos no nos ha quedado más remedio que ser igual de productivos.

Ahora bien ¿Qué precio hemos pagado por ello?

Yo no me voy a quejar, tras un primer quiebre en los inicios de la pandemia, tengo que decir que no me ha ido nada mal.

La inteligencia emocional, y la correspondiente gestión emocional nos influye en nuestra visión del mundo.

Una mala dirección, una comunicación deficiente, desmotivación, o la falta de liderazgo están motivadas en muchos casos por una desconexión con uno mismo.

Una competencia clave dentro de la inteligencia emocional, tiene que ver con el autoconocimiento, y la falta del mismo.

Por mi trabajo veo muchas personas que no se atreven a enfrentarse a ellas mismas.

Son capaces de «enfrentarse» a un «equipo comercial» desmotivado o enfadado, pero son incapaces de responder a la pregunta

¿Quién eres?

Atrévete a responderte … ¡Valiente!

La Inteligencia Emocional: la clave del éxito empresarial.

Las áreas de personas se enfrentan al reto de cambiar personas en organizaciones que tienen que cambiar.

Y como reza el ingenioso título del libro «Sólo a los bebés le gusta que le cambien», generalmente y por norma las personas suelen resistirse a cambiar.

Invierte en tí, en tu desarrollo emocional.

Además apuesta por el desarrollo emocional de tu equipo.

Deja atrás esos pensamientos «ñoños» y «obsoletos» de que «los hombres no lloran», y ¡SIENTE!

Hay que ser muy hombre, y muy mujer para mostrarse vulnerables, y dejar ver las emociones.

Claro que siempre vendrá el típico «guay» que dice que eso son tonterías. Suelen ser hombres.

Y es que ¡Mira que hay postureo! con este de parecer un chico duro.

Afortunadamente las cosas están cambiando … peeeeero, aún queda mucho por hacer.

Las mujeres nos llevan ventaja en esto de las emociones.

La Inteligencia Emocional: la clave del éxito empresarial.

Sin duda.

Buen día y buena suerte.