Aceptar para vivir.

Aceptar para vivir .

Un año para practicar la aceptación.

En este año que se acerca a su fin, quien más y quien menos hemos perdido a alguien cercano, el trabajo, proyectos o hemos pasando una mala racha (o la estamos pasando) por circunstancias que todos conocemos,

Este año para mí ha sido el año en el que entrenar y practicar la “aceptación”.

Y es que por mucho que nos rebelemos frente a un “proceso de cambio mundial” como el que estamos viviendo, es lo que hay.

Además, te guste o no te guste, es lo que nos ha tocado.

¿Quién nos iba a decir hace un año lo que traería el 2020?

Por esto, tras la negación, la rabia, el miedo, la desesperación, al final sólo nos queda aceptar lo que está pasando.

Veo a muchas personas resistirse, negar y seguir agarrados a una lucha estéril frente a un “enemigo invisible” que es capaz de trastocarnos la vida muy rápidamente.

Entiendo que no es fácil, y todos estamos inmersos en esto, y un servidor -como no puede ser de otra manera- también.

Además, y como autónomo, emprendedor, empresario o como lo quieras llamar, igualmente sé lo que es lidiar con la incertidumbre y con lo que está por venir.

Aunque también entiendo que, frente a esto, si no aceptas aquello que se te presenta en la vida, seguirá estando presente, y se te resistirá hasta que aprendas o puedas dejarlo atrás.

Finalmente, quiero invitarte a que hagas lo que hacen muchas personas, planificar, definir objetivos, y trazar la línea para el año 2021.

Conclusión, no sólo es necesario, además es recomendable; pero igualmente quiero invitarte a que lo hagas desde la aceptación del punto de partida en el que te encuentres, porque quieras o no, si empiezas algo sin terminar de aceptar lo que tienes, puede construir una casa sobre unos cimientos poco sólidos.

Aceptar y tomar conciencia de donde estás, es el primer paso para empezar a crecer, desarrollarse y avanzar … otra vez …

El año 2020 ha sido un año para cambiar paradigmas y esquemas mentales, para reinventarse, adaptarse, y fluir con las circunstancias.

Con el dolor de lo vivido tanto a nivel personal, como lo que he visto a mi alrededor y por el mundo entero, doy gracias cada día, y lo hago muchas veces; y lo hago porque igualmente y tras el primer impacto de la pandemia, la aceptación de la misma, y la revisión de mi mundo y proyectos, al final a mí me ha ido muy bien, y ha sido “a pesar de todo” un muy buen año.

Este año que termina lo hago aceptando lo que tenemos, y planificando lo que está por venir.