Pensar, pararse a pensar, es como el comer. Una necesidad básica.

En estos tiempos «líquidos, ágiles» y lo que toda la vida ha sido del «corre que te corre» … no tenemos tiempo para pararnos, hay que estar continuamente actualizándose, poniéndose al día y así continuamente.

Por ello, pararse a pensar no resulta fácil, no.

Y mucho menos pararse a pensar y reflexionar sobre uno mismo.

Hay días en los que puedes encontrarte «desenfocado», «vacío» tu ya sabes como son esos días que a veces se alargan demasiado

Pensar es una necesidad básica como el comer o el beber.

¿Cómo hacerlo?

Ir a dar un paseo, por la playa, el parque, la ciudad, deambular sin ton ni son … pensando sin pensar…

¿No te ha pasado alguna vez que te ha venido una magnifica idea en un momento inesperado?

Sentarse en casa, o en el trabajo en un lugar tranquilo y sin hacer nada, alejado de todo estímulo distractor -vamos el móvil-

Sentarse a hablar con alguien que te ayude a desenmarañar la madeja de pensamientos que hace ruido en tu cabeza.

Un amigo, te puede venir bien para estos menesteres, pero si quieres una voz ajena que te cuestione y rete, te ánimo a probar con un profesional ajeno a tu círculo habitual – eso puede ayudar a eliminar sesgos y creencias -, el #coaching con un #coach #profesional es de gran ayuda en estos casos.

Ten una cita con tu vida.